Lamentablemente vivimos en un mundo donde existe una creencia general de que la palabra no vale nada. Un mundo donde todo tiene que estar por escrito, notariado, archivado y con testigos. A pesar de que todo lo anterior sea necesario, no podemos caer en la creencia de que nuestra palabra no tiene valor.
La semana pasada escuché esta historia de Michael Hyatt (CEO de Thomas-Nelson) que me sorprendió de sobremanera.
Hace varios años, Michael estaba negociando su salario en una oferta que recibió de una nueva compañía. Al final del proceso, su futuro jefe sólo pudo ofrecerle $3,000 por debajo de lo que Michael había solicitado.
Su jefe le dijo a Michael que en este momento no podía ofrecerle el monto deseado. Pero que si él entregaba los resultados esperados, iba a tener una revisión de salario en 3 meses.
Al finalizar los 3 meses, Michael había superado las expectativas.
Un viernes su jefe lo llama a su oficina y le comunica con toda honestidad que, a pesar de que él merecía el aumento, había recibido órdenes superiores que tenía que congelar todos los salarios hasta nuevo aviso. No había nada que él pudiera hacer.
Michael estaba muy molesto. Él había superado sus metas pero a la vez entendía que no estaba en las manos de su jefe. El descanso del fin de semana lo ayudó a resignarse y continuar.
Al llegar el lunes, su jefe lo llama a la oficina y le dice: Michael, yo te di mi palabra de revisar tu salario y no cumplí. Yo siempre he sido un hombre de palabra y a pesar de que la compañía no cumplió, yo tengo que cumplir.
Sacó su chequera y le escribió un cheque personal por $3,000.
Ese día Michael Hyatt, que años más tarde llegó a ser CEO de Thomas-Nelson, entendió el poder de ser una persona de Palabra.
Si das tu palabra, cúmplela.
En mi experiencia, normalmente no fallo en las cosas de gran importancia, pero sí en las pequeñas. A pesar de ser pequeñas, debemos seguir cuidando nuestra palabra.
¿Cuántas veces nos comprometemos con amigos, compañeros de trabajo, esposa, hijo, iglesia, etc. y al final no respondemos? No caigamos en la trampa de que por ser cosas pequeñas y sin grandes consecuencias, no son importantes. Cualquier cosa, a pesar de ser insignificante, al dar tu palabra, la conviertes en importante.
Al final es mejor hacer dos cosas: o damos la palabra y cumplimos, o no nos comprometemos.
Sí, también se puede decir: No.
Cumplir nuestra palabra tanto en los compromisos grandes como en los pequeños es de suma importancia porque:
1- Desarrolla nuestra imagen de integridad: Las personas comienzan a notar que no existe diferencia entre lo que somos y decimos. Lo que pensamos, decimos y hacemos está perfectamente alineado. No existe disparidad. Véase artículo de ¨Los 9 Rasgos de Liderazgo Auténtico¨ para más información.
2- La integridad es la base para generar confianza: Si las personas pueden confiar en tus palabras y compromisos (por más que sean pequeños), comienzan a confiar en otros aspectos de ti.
3- La confianza es la base de la influencia: Las personas escogen a quién seguir y por quién dejarse influir. Sólo lo hacen si existe una confianza absoluta.
4- La influencia es la clave para ayudar a otros a desarrollar su máximo potencial: Si no tienes influencia sobre tu equipo, aunque tengas las mejores intenciones, no podrás ayudarlo a llegar al siguiente nivel.
Guardemos nuestra palabra cómo uno de los tesoros más preciados. Si decimos que haremos, haremos; si decimos que estaremos, estaremos. Decimos y cumplimos.
(Foto cortesía de buddawiggi)
¡Excelente! personalmente trabajo en ello. Amo, admiro, aprecio, me simpatiza y me conmueve profundamente una persona “DE PALABRA”. Encantador que se hubiera considerado este tema. Gracias
¡Saludos Daliz! Muchas gracias por tus palabras. También me encuentro trabajando en ello. No es fácil pero cuando cumplimos nuestra palabra en todo momento es liberador. Creo en un mundo donde el valor de las personas de palabra tome protagonismo nuevamente. ¡Que tengas una maravillosa semana!
Muchas gracias Victor hugo por publicar tus articulos atravez de las cuales aprendo nuevas experiencias y a la vez confirmo mis actitudes cuando a veces me siento solo en mis puntos de vista pero que al final logro mis objetivos por la rectitud y firmeza de mi caracter, efectivamente cumplir la palabra empeñada es un rasgo distintivo de personas que poseen sabiduria y pericia estas cualidades te permiten ser un hombre valioso en lugar de ser un hombre de exito material.
Hola Robert. Muchas Gracias por tu comentario. Te entiendo perfectamente cuando te sientes solo en tu manera de pensar. Yo me he sentido igual. Uno de los objetivos del blog es formar una comunidad de personas comprometidas con el liderazgo correcto, la rectitud y el compromiso con la excelencia. Te felicito por tu manera de pensar. Tus comentarios constantemente agregan valor al blog. De verdad ha sido un placer concerte por este medio.
EXCELENTE
Gracias Mabel!
Interesante Post!!!Comparto los mismas creencias, la palabra esta por encima de todo!!Agradecerte lo facil que haces la lectura de tus post combinandolos con casos prácticos!
Hola Ana! Gracias por tus palabras! muy contento que te gusten los artículos del blog.
Saludos Victor, me gusto mucho tu articulo y me identifique con varios aspectos. Uno de ellos es cuando mencionas que debemos mantener nuestra palabra hasta en las cosas más pequeñas. Particularmente me sucede, que por querer ayudar o apoyar en algo a mi equipo, me comprometo con muchas cosas, terminando normalmente en el incumplimiento de alguna de ellas por falta de tiempo normalmente. Hay que saber disernir y decir que no cuando hay que decir NO.
Hola Juan! te entiendo perfectamente porque me sucede lo mismo. Es un aprendizaje que debemos aplicar constantemente. Es preferible decir no que no cumplir. Gracias por el comentario!
muy bueno el articulo lo voy a llevar en la práctica victor gracias
Hola Pedro! Muchas Gracias!